miércoles, 5 de enero de 2011

Estudios universitarios más certificaciones profesionales, ¿una evolución lógica?

Noticia enviada por Abel Fernandez Vaquero

Hace unos días oí decir a un profesor (de tutorías) de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UNED que el cambio de los planes de estudio para adaptarlos al Plan Bolonia es, entre otras cosas, una reducción de costes, e incluso se atrevía a dar una cifra ... de un 20%. Claro, si las actuales (ya antiguas) Licenciaturas/Ingenierías Superiores tenían una duración de 5 años, y los grados tienen una duración de 4, hay un 20% menos de tiempo de contacto con la materia y por lo tanto un 20% menos de “materia que dominar” por el alumno.
Creo que no cabe duda de que esta aseveración es cierta, en el caso de las Licenciaturas e Ingenierías superiores. Los alumnos de los nuevos grados saldrán con un 20% menos de conocimiento teórico. Añadido a este recorte de conocimientos -y aún más importante, de potenciales “habilidades”-, está el tan mencionado dilema de si las carreras universitarias están adaptadas al mundo laboral, o si por el contrario tan sólo -y no es poco- sirven como un requisito imprescindible, como pasa con el Inglés, para acceder con garantías a dicho mercado.
En este sentido, y según un estudio publicado por una conocida empresa de trabajo temporal, a la pregunta “¿Trabajas en lo que has estudiado?” solo un 52% de los Universitarios consultados contestan que SI. ¿Qué ocurre entonces con el otro 48%? ¿Cómo son capaces de adquirir las habilidades necesarias para desarrollar una labor profesional para la que no han cursado estudios? A tenor de lo anterior, lo que queda claro es que hay algo en el actual mecanismo que no está engrasado al 100%, o bien cuando se elije carrera (ahora grado) se hace sin pensar en la salida profesional, o bien a quien le corresponda regular la oferta y demanda de carreras/grados no lo hace de la manera adecuada, o bien, y como se apuntaba en un párrafo anterior, da un poco igual la carrera/grado que se elija, pues sólo es una manera de pasar la primera criba para el acceso al mercado de trabajo.
A pesar de lo que al comienzo se menciona (reducción del 20% de contacto con la materia), si uno lee el Documento-Marco “La Integración del Sistema Universitario Español en el espacio europeo de Enseñanza Superior”, o lo que es lo mismo, el fin y objetivos del Plan Bolonia, se puede percibir, entre otras, la necesidad de adaptar la formación superior al mercado laboral. Lo difícil, entonces, es cómo conseguir la transformación de un entorno que hasta la fecha ha sido eminentemente teórico y se ha movido en mundo de los modelos, en algo práctico y aplicable “al día siguiente” en una empresa real.
En mi opinión, creo esto hace que nos planteemos las siguientes cuestiones: ¿Cuál es el fin último que alguien que desee cursar estudios superiores debe esperar? ¿Conocer teorías, modelos y tendencias sobre un cuerpo de conocimiento? ¿Realizar I+D? ¿Prepararse para un mercado laboral altamente competitivo? Bajo mi visión es una mezcla de todo lo anterior, y también, este último punto -prepararse para el mercado laboral- es el más descuidado en la actualidad. Gracias al mencionado plan Bolonia, y sobre todo a la mayor flexibilidad de sus planes de estudio, y la visión de algunas Universidades, cada vez es más común encontrarse con la posibilidad de acceder a certificaciones profesionales que sumadas al título oficial, creo que representan un valor añadido enormemente enriquecedor.
Entonces, ¿cuál es el valor diferencial de una certificación profesional?Precisamente estar desarrolladas y avaladas por profesionales y por ello tener un componente práctico elevadísimo. En este sentido sería como obtener el título oficial de Panadero a nivel teórico (conocer los ingredientes y la receta) y un certificado profesional a nivel práctico (conocer la manera más óptima de combinar los ingredientes en la receta).

Artículo de opinión de Ricardo Santiago Cachero publicado originalmente en la siguiente dirección de internet:
http://www.rrhhmagazine.com/articulos.asp?id=899

5 comentarios:

  1. Comentario realizado por Consuelo Perea Moreno

    "No sabemos a ciencia cierta cuál será el resultado del nuevo sistema una vez implantado. Pero considero que cualquier adaptación que se haga para que las universidades se aproximen al mercado de trabajo es positiva. Lo dice una víctima primero de la LOGSE y después de un Plan de Estudios Universitario totalmente ajeno al mundo real. Si se recortan conocimientos, malo, si se dilata el tiempo de estudio demasiado, peor. Si al final lo que quiere la empresa es que sepas desempeñar las funciones que cubre tu puesto, no que recuerdes o sepas explicar las diferentes etapas del desarrollo de la doctrina del pensamiento estratégico.
    ¿Qué hay de las ventajas?, ahora les exigirán el inglés para poder tener el título, les exigirán prácticas en empresa,...aunque al alumno le cueste reconocerlo muchas veces es mejor que te impongan si es por tu bien. Sobretodo si todavía vives dentro de la burbuja del sistema educativo, porque si no, y os lo aseguro que así pasa, la caída será mucho mayor. Me alegro por los que sigan el nuevo sistema, me alegro que se den oportunidades por fin a aquellos que se esfuerzan en hacer un bachillerato y luego una carrera. Parece que nadie valora esos años de estudio.
    Lo del certificado, sin embargo, papel más papel menos, me temo que es una consecuencia administrativa más del plan. ¿O es que a caso en el título de licenciado no iban implícitas ciertas capacidades?

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  2. Comentario realizado por Irene Jiménez Chaves

    El Plan Bolonia ya es una realidad, pero según nos examina este artículo no está muy clara la eficacia de los nuevos estudios adecuados a la enseñanza europea, por mucho que se empeñen en decir que no es más que una adaptación a lo que se exige actualmente en el mercado laboral y solicitan las empresas que trabajan en él.
    No hay que ser injustos, es evidente que también hay cosas que indudablemente eran necesarias de cambiar. Por ejemplo, el nivel de exigencia con el inglés. Me parece totalmente necesario que exijan un nivel alto de inglés para poder graduarse, ya que en nuestro país es cierto que el conocimiento en idiomas deja bastante que desear. O la reducción de la materia en un 20% menos.
    Me ha llamado la atención cuando dicen que los graduados van a salir con 20% menos de conocimientos. Esto no tiene porqué ser necesariamente algo malo, ya que hay que reconocer que no todo lo que estudiamos es materia con la que vayamos a trabajar en el futuro, pero también es cierto que depende del 20% que queramos reducir. Un graduado en Administración y Dirección de Empresas puede saber un 20% menos sobre derecho civil, pero obviamente no puede dejar de saber un 20% menos de contabilidad y finanzas.
    Lo que realmente me ha parecido más descorazonador de este artículo es el dato que un 52% no trabaja en algo relacionado con lo que estudió. Aunque evidentemente, esto es bastante relativo, ya que habría que especificar cuales son las carreras universitarias a las que nos estamos refiriendo.

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  3. Comentario realizado por Manon Michot

    Pienso que el diploma de licenciatura está perdiendo su monopolio. Pienso que las empresas buscan más a una personalidad que “el color del diploma”.
    Es verdad que, culturalmente, ciertas empresas quedan atadas al valor de un diploma de licenciatura. Pienso en todos los puestos de responsabilidad, los puestos de la administración pública (particularmente la Comisión Europea), o aún a los médicos y a las grandes empresas que son más exigentes.
    Sin embargo, debido a la dificultad de reclutar personal competente y a la rareza de ciertos perfiles, las empresas (los bancos particularmente) se abren más. Pienso que, más que un diploma, es hoy la personalidad y la experiencia del candidato que importa. Para un comercial, por ejemplo, miraremos si la persona es alguien de extravertido, apto para negociar, para convencer, para adaptarse, que tiene la capacidad de escuchar y de traducir las necesidades de los clientes,… ¡Y allí, que importa que el candidato salga o no de la universidad!
    Pienso muy fuerte que la universidad forma a la metodología y al espíritu crítico. Siendo estudiante universitaria, yo mismo sé que "se aprende a enterarse", a desenredarse en análisis complejos, a almacenar una masa de información etc. ¡Sin embargo, existen gerentes excelentes qué no estudiaron en la universidad! ¡En Bélgica existen Altas Escuelas muy buenas (por ejemplo de ingenieros) qué tienen una reputación muy buena!
    Pienso que el gradúa es cada vez más pedido y apreciado, en la medida en que, para ciertas funciones, un graduado será operacional más rápidamente. La formación en Alta Escuela es, también, más práctica (ya que organizan más períodos de prácticas en empresas). Además pienso que un punto fuerte de los graduados es que insisten más en las lenguas. Los idiomas, como mencionado en el artículo, es esencial donde seamos, en Bélgica o en el extranjero. Pienso que es posible que se emplee graduado bilingüe más bien que un catedrático de universidad que no lo es.
    Finalmente, pienso que, en ciertos casos, tener un diploma de licenciatura puede ser desventajoso. En efecto, no es raro encontrar a jóvenes catedráticos de universidad no sean contratados porque piden una remuneración demasiado elevada.

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  4. Comentario realizado por Esther Gallardo Rodríguez

    En el aspecto del nuevo sistema de estudios, hay que ver las dos situaciones que se pueden dar, ya que si las Licenciaturas con los Grados se han visto reducidas en un año, las diplomaturas se han visto aumentadas también en ese periodo de tiempo. Ello es de suponer que también se les habrán aumentado la cantidad de conocimientos y por tanto habilidades que el alumno puede adquirir por el estudio del Grado.
    Con las licenciaturas al reducir su tiempo de impartición también lo hacen los conocimientos que se van a adquirir de forma equitativa, ya que si no, se encontraría en la situación de intentar enseñar en un periodo de tiempo inferior lo que antes se enseñaba en un año más.
    El que muchos certificados universitarios no estén trabajando en lo que han estudiado también viene influenciado, de que en España hay una gran cantidad de certificados, que van aumentando año a año. El crecimiento de los puestos de trabajo en ese sector no lo hacen de igual forma, además de la situación en la que se contrata a personas para desempeñar trabajos por debajo de su capacitación profesional.
    Otra situación que se da en muchas universidades españolas es la alta preparación teórica de los conocimientos que se deben de adquirir pero la poca formación práctica que se lleva a cabo; algo en lo que muchos estudiantes están de acuerdo, ya que no se está preparado, de forma práctica, para enfrentarse al mundo laborar. Esta situación es algo que se debería de mejorar en la educación universitaria que se da en España

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  5. Comentario realizado por María Jesús Hidalgo Migueles

    Con respecto a la adaptación de los planes de estudio al plan Bolonia, sí estoy de acuerdo en que supone una menor formación, y estoy de acuerdo con la explicación que se da en este artículo: si una carrera de 5 años se disminuye a cuatro, es lógico pensar que ha "quitado" un año de formación y, por tanto, los alumnos salen menos preparados para incorporarse al mercado laboral. Es más, después de cursar lo que ahora se llaman Grados, hay que realizar un máster antes de comenzar a trabajar. Puede ser que esto suponga una disminución de costes para las universidades, pero para los estudiantes supone un aumento considerable de gastos.

    Por otra parte, no estoy de acuerdo con la opinión de que los estudiantes elegimos una carrera solo para subir un escalón y acercarnos más al mercado laboral. Es cierto que por la crisis en la que estamos inmersos hay muchas más personas que estudian que antes, pero pienso que no estudian calquier carrera, sino que lo que estudian está relacionado con un tema que les motiva lo suficiente como para dedicarse a ello toda su vida laboral.

    Estudiar durante 3, 4 o 5 años una carrera y, en muchos casos, lo haces en una ciudad que no conoces, en un piso nuevo que no se parece nada a tu casa y con personas que no tienen nada que ver con tu familia ni con tus costumbres a lo que no es nada fácil adaptarse. A esto hay que sumarle que estudiar en la Universidad no tiene nada que ver con estudiar en el instituo o en el colegio. Por ello, pienso que la mayoría de las personas que toman la decisión de realizar estudios superiores están seguras del camino que quieren seguir.

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